martes, 9 de abril de 2013

Nunca estas.

El usufructo, la convertibilidad de tu alma en mi sonrisa de tus pájaros en mis guías También sueñas que nunca duermes, te vendría tan bien al reloj, y me mataría de intriga lo que hubiese sido de nuestros diamantes Aunque no me deja de tentar tu sol y luna que te acompañan en las mañanas frías y nostálgicas como mi ventana a las 2 a.m. como mi birome y cuaderno cuando no estas. Nunca estuviste, y me queda tanto por anhelar, algo que no es, ni tampoco fue una intriga que me desentona con tus colores y tu valija. Donde llevas tu orgullo también tu sinceridad, donde lamentablemente se guardo mi sonrisa, y mi paz atenta a ser corrompida.

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