jueves, 6 de mayo de 2010

El viaje del pulpo.

En sus destellos dibujó un mundo de colores.
Su magia esta radio activa,
es solo un solo indio.

Y que más para agregar
si esta todo a la vista,
su impermeable tintura rosada lo ayuda a guiar sus colores.

El gozo infinito de una rebelión en plena construcción
lo ha creado,
y el ser dando gracias se traspapela entre la multitud,
para admirarlos,
simplemente admirarlos.

Y ahora es cuando le tiemblan las piernas,
el espectáculo ha empezado
y sientes que tu cuerpo se divide en,
estrofas, símbolos y notas.

Presta atención pulpo radiante,
que cuando bajes del espacio con tu mono,
tendrás que lucirte de vuelta en tu cuadro.

Desaparición.

Una pose de vieja escuela,
piano de fondo
y tu cabeza vuela.

Ocultas tu identidad bajo vidrios negros,
no quieres que te vean,
es solo tu vuelo.

La integridad física disminuye,
vas desapareciendo
sientes que te hundes.

Acomodas tu pelo y sonríes,
agarras la guitarra,
cantas coplas a los que te siguen.

Las campanas lloran su marginalidad,
tarde o temprano esto iba a pasar.
No son amadas como merecen,
ahora las cambian por sonidos inertes.

Tus pensamientos opositores te llevan a donde estas,
encerrado en un mundo aparte,
donde te dejan secar.
Sin saber que en algún momento te vas a extinguir,
como los dinosaurios,
como el supuesto porvenir.

Idiotas los que piensan en futuro,
no nos quedara nada creativo,
pero ¡claro! tecnología derrocharemos.